Día 2:
Bueno, que mejor manera que empezar el día desayunando, pues eso, en el mismo hotel. Después nos fuimos al metro y a nuestro punto de partida, Potsdamer Platz, desde allí empezamos una ruta que recomiendo. Comenzamos andando por Ebertstrabe y pronto nos encontramos con el Monumento al Holocausto, la verdad que meterse por los pasillos que forma, hace pensar.
Un poco más adelante, la majestuosa Puerta de Brandeburgo, todo un símbolo no solo de Berlín, sino de Alemania, su cuadriga en todo lo alto es espectacular. Esta da paso a Pariser Platz desde donde se pueden hacer unas fotos de la puerta impresionantes (si evitas que salga mucha gente haciendo lo mismo que tú). La siguiente visita, el Reichstag, después de una hora de cola para poder entrar, nos metieron en un ascensor (no sin antes escrupulosas medidas de seguridad) y subimos a la terraza del edificio donde se encuentra la cúpula de vidrio diseñada por Norman Foster que da unas vistas de Berlín inmejorables (no del todo cierto, ya lo explicaré). Se puede acceder a ella por una rampa que te va subiendo hasta lo más alto donde hay una abertura al cielo, posteriormente por la misma rampa empieza la bajada.
Volvimos a la Puerta de Brandeburgo y desde allí fuimos por el Tiegarten hasta la estatua Siegessaeule, una estatua dorada que representa a un ángel en lo alto de un pedestal, se puede subir hasta arriba, pero pagando y subiendo muchos escalones (no hay ascensor). Ahh, se me olvidaba, el paseo dura unos 30 minutos parando antes en Sowjetisches Ehrenmal, un monumento de la 2ª Guerra Mundial.
Desde Siegessaeule cogimos un autobús hacía Potsdamer Platz para comer por allí, dada la cantidad de restaurantes que hay en la zona del Sony Center. Escogimos un restaurante dentro de la misma plaza del edificio Sony, y comimos un menú especial, dos codillos asados, uno cocido, chucrut, y otra serie de alimentos que soy incapaz de clasificar, acompañado, por supuesto, de una buena jarra de cerveza (para nada caliente, debe ser un mito).
Con el estómago lleno, comenzamos la tarde, nos dirigimos en metro hacía Alexander Platz (denominada simplemente como “Alex”), en ella hay un reloj que da la hora de cualquier parte del mundo. Hicimos una visita al ayuntamiento de Berlín, pero nada destacable, en la plaza que hay justamente delante, hay una fuente de Neptuno, y un poco más abajo, en otra plaza, se encuentran las estatuas de Engel y Marx. Recorrimos un par de iglesias de la zona, aunque más que iglesias, estaban reconvertidas en museos.
De camino a la Catedral de Berlín (Berliner Dom), nos metimos en un barrio de aspecto bohemio llamado Nikolaikirche, era impresionante.
La catedral no tiene nada que ver con el resto de iglesias u otras catedrales de Berlín. Lo que más me sorprendió sin duda, es la estatua de Lutero que preside una de las columnas en la cúpula central. Tiene un museo a lo largo de tres plantas, y posteriormente se puede acceder a la cúpula para tener una vista completa de Berlín (bastante fácil ya que es una ciudad muy plana).
Como ya teníamos sed, fuimos a tomarnos una cervecita, pero para no arriesgar con la carta, fuimos a lo seguro, Franzishaner.
Acabamos el día haciendo un recorrido nocturno y cenando en la zona de Zoologischer Garten unos currywurst y una especie de fideos chinos con verduras, con una salsa extremadamente picante. Después de cenar, decidimos irnos a dormir para estar a primera hora en la torre de televisión.
PD: Podéis ver más fotos en Fotos de Fotos de Belín
Bueno, que mejor manera que empezar el día desayunando, pues eso, en el mismo hotel. Después nos fuimos al metro y a nuestro punto de partida, Potsdamer Platz, desde allí empezamos una ruta que recomiendo. Comenzamos andando por Ebertstrabe y pronto nos encontramos con el Monumento al Holocausto, la verdad que meterse por los pasillos que forma, hace pensar.
Un poco más adelante, la majestuosa Puerta de Brandeburgo, todo un símbolo no solo de Berlín, sino de Alemania, su cuadriga en todo lo alto es espectacular. Esta da paso a Pariser Platz desde donde se pueden hacer unas fotos de la puerta impresionantes (si evitas que salga mucha gente haciendo lo mismo que tú). La siguiente visita, el Reichstag, después de una hora de cola para poder entrar, nos metieron en un ascensor (no sin antes escrupulosas medidas de seguridad) y subimos a la terraza del edificio donde se encuentra la cúpula de vidrio diseñada por Norman Foster que da unas vistas de Berlín inmejorables (no del todo cierto, ya lo explicaré). Se puede acceder a ella por una rampa que te va subiendo hasta lo más alto donde hay una abertura al cielo, posteriormente por la misma rampa empieza la bajada.
Volvimos a la Puerta de Brandeburgo y desde allí fuimos por el Tiegarten hasta la estatua Siegessaeule, una estatua dorada que representa a un ángel en lo alto de un pedestal, se puede subir hasta arriba, pero pagando y subiendo muchos escalones (no hay ascensor). Ahh, se me olvidaba, el paseo dura unos 30 minutos parando antes en Sowjetisches Ehrenmal, un monumento de la 2ª Guerra Mundial.
Desde Siegessaeule cogimos un autobús hacía Potsdamer Platz para comer por allí, dada la cantidad de restaurantes que hay en la zona del Sony Center. Escogimos un restaurante dentro de la misma plaza del edificio Sony, y comimos un menú especial, dos codillos asados, uno cocido, chucrut, y otra serie de alimentos que soy incapaz de clasificar, acompañado, por supuesto, de una buena jarra de cerveza (para nada caliente, debe ser un mito).
Con el estómago lleno, comenzamos la tarde, nos dirigimos en metro hacía Alexander Platz (denominada simplemente como “Alex”), en ella hay un reloj que da la hora de cualquier parte del mundo. Hicimos una visita al ayuntamiento de Berlín, pero nada destacable, en la plaza que hay justamente delante, hay una fuente de Neptuno, y un poco más abajo, en otra plaza, se encuentran las estatuas de Engel y Marx. Recorrimos un par de iglesias de la zona, aunque más que iglesias, estaban reconvertidas en museos.
De camino a la Catedral de Berlín (Berliner Dom), nos metimos en un barrio de aspecto bohemio llamado Nikolaikirche, era impresionante.
La catedral no tiene nada que ver con el resto de iglesias u otras catedrales de Berlín. Lo que más me sorprendió sin duda, es la estatua de Lutero que preside una de las columnas en la cúpula central. Tiene un museo a lo largo de tres plantas, y posteriormente se puede acceder a la cúpula para tener una vista completa de Berlín (bastante fácil ya que es una ciudad muy plana).
Como ya teníamos sed, fuimos a tomarnos una cervecita, pero para no arriesgar con la carta, fuimos a lo seguro, Franzishaner.
Acabamos el día haciendo un recorrido nocturno y cenando en la zona de Zoologischer Garten unos currywurst y una especie de fideos chinos con verduras, con una salsa extremadamente picante. Después de cenar, decidimos irnos a dormir para estar a primera hora en la torre de televisión.
PD: Podéis ver más fotos en Fotos de Fotos de Belín
1 comentario:
Sabes que la mejor foto la hice yo el segundo dia. Posteala :D
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