miércoles, 9 de abril de 2008

New York ( II )

Domingo 17 de Febrero, día 2:

Ojos abiertos, miro el reloj de la mesilla O_O ¡Pero si son las dos de la madrugada!, media vuelta y a dormir. Lo malo es que a las cuatro ya fue imposible volverme a dormir ni con media vuelta. No quedaba otra que levantarse y prepararse para ver Nueva York, según el planning hoy iríamos a una misa gospel a las nueve, daríamos una vuelta por harlem y bajaríamos a Central Park a pasar el resto del día, que siendo domingo estaría concurrido.

Bajamos al metro, compramos la metrocard para una semana y rumbo a Harlem. Fuimos directos a la iglesia Triumph Baptist Church, pero estaba cerrada, parece que ese día la única misa que daban era la de once, así que dimos una vuelta por el barrio buscando otra iglesia que diera misa de nueve y no fuera la Abbysinian. Misión imposible, vamos, que nos tuvimos que esperar a las once. Adelantamos el paseo por Harlem, vimos Sylvia’s, el teatro Apollo, y entramos en la tienda de zapatillas House of Hoops, fotografiamos los cierres de las tiendas de Harlem pintados por Franco The Great, que andaba por allí vendiendo sus dibujos.

De repente, el barrio se llenó de gente muy arreglada, tanto padres como niños, y me sorprendió que las mujeres llevaran en la cabeza pañuelos blancos de encaje, no sé su significado, pero me sorprendió.

Como a las once había muchas misas, nos tocó decidirnos por una, y aunque fue al azar, cuando entré recordé haber visto fotos de la iglesia en este mismo foro, era Refuge Temple of Christ. La misa me gusto, y mucho, no era nada de lo que yo esperaba. Tenía la intención de ver un coro gospel grande, uniformados, cantando canciones conocidas, quizás esperaba ver a los “Harlem Gospel Singers”, pero no fue eso lo que encontré. Al principio, algunas mujeres de las primeras filas, se pusieron de pie mirando a la gente, y empezaron a calentar motores, animando a la gente a dar palmas, y metiéndonos en situación, poco a poco se fue llenando el altar de “reverendos” o “feligreses”, y apareció el coro, unas veinte personas, chicos y su gran mayoría chicas, camisa blanca y parte de abajo oscura. Las canciones muy animadas, la parroquia llevaba sus Biblias e incluso algunos sus propios instrumentos musicales que no dudaron en tocar cuando era el momento preciso. La gente entraba en éxtasis en algunas ocasiones, bailando, subiendo escaleras, gritando “Gracias a Dios”, agitando los brazos. Una explosión de energía, que no deja indiferente. Después de una hora y algo, apareció el reverendo y, o nos equivocamos y nos fuimos ya que parecía que ya echaban a los turistas, o verdaderamente dejaban los momentos más íntimos de la ceremonia para ellos.

Eran las doce y veinte y decidimos bajar a Central Park, nos bajamos en la parada de delante del Museo de Ciencias Naturales. He de decir que la primera toma de contacto no me convenció, quizás por la época del año, todas las zonas verdes estaban valladas hasta mediados de abril creo que ponía, y las zonas de árboles estaban como embarradas, estaba feo. Los lagos estaban helados, los patos andaban por encima en vez de nadar, pero los puentecillos recónditos en el parque me gustaron, el carrousell, el Castillo Belvedere, el monumento de Alicia en el país de las maravillas, Strawberry Fields, salimos también a ver el edificio Dakota y nos comimos un perrito por el parque.





A la salida por la quinta avenida nos dimos cuenta que se nos había ido el día, serian las cuatro y media o así, decidimos ir a comer y a esas horas, pues comida rápida para no variar. Entramos en un Subway y pedazo de bocadillo que me comí, eliges el bocata y luego los ingredientes de acompañamiento, luego tienes bolsas de patatas para coger la que quieras, y la bebida, que solo te dan el vaso, y ya uno en la máquina se sirve lo que quiere, y tantas veces quiera.



Después entramos en la AppleStore para mandar algún correo e ir viendo las existencias de los iphones (queríamos el de 16Gb y estaba agotado, nos costó hasta el viernes conseguirlo), a la juguetería FAO, a la tienda Levi’s, y bajamos andando por la quinta avenida hasta el hotel, haciendo una parada para entrar a ver la Grand Central Station.



Estábamos machacados, y nos acostamos pronto……

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