Lunes 18 de Febrero, día 3:
Las seis de la mañana y despierto, me estaba costando coger el ritmo de sueño new yorkino. Tenía ya ganas de ver un día NYC en funcionamiento, pero no iba a ser hoy, era el día del Presidente y era fiesta. El plan para hoy era ver la Estatua de la Libertad, Wall Street, Brooklyn Bridge, Pier 17, en definitiva, dar una vuelta por el Downtown.
Cogimos el metro y a Battery Park, en la misma estación a la que llegamos se cogía el ferry gratuito a Staten Island, esperamos cinco minutos y enseguida embarcamos. El barco era enorme, iba medio vacío, nos situamos fuera en el lado por el que se vería la estatua de la libertad. Me gustó la imagen de irte alejando de Manhattan y tener una visión más amplia de la isla, una mejor perspectiva con la estela del ferry en el agua.
En menos de cinco minutos pasábamos al lado de la Estatua de la Libertad, y aunque el día era algo gris, no me cansé de hacer fotos. El paseo en barco es muy recomendable, no marea (o por lo menos a mí), y es un buen momento para pensar y ver donde estás. Cuando llegamos a Staten Island, la verdad, dimos media vuelta, no llegamos a salir de la estación, supongo que en un próximo viaje daremos una vueltecilla.
Cuando llegamos de nuevo a Manhatan, dimos un paseo por Battery Park, allí se encuentra la bola del WTC tal y como quedó después de los atentados.
Subíamos andando por Broadway cuando casi nos pasamos Wall Street, cruzamos y bajamos la calle, allí estaba, la bolsa de Nueva York, George Washington, la reserva federal… Todo estaba muy parado, puesto que era fiesta y ese día no había bolsa.
Seguimos andando y fuimos al solar del WTC, había gente llorando, unos tipos que por medio de fotos ofrecían una explicación de aquello, velas, mensajes… Sobrecogedor.
Ya que estábamos en el downtown y como no teníamos pensado volver a bajar a la zona, entramos en el Century 21. Compre un par de cosillas, pero me decepciono un poco. Y por cierto, si vais y pagáis con tarjeta, elegir pago en dólares en la pantalla donde se firma, si escogéis euros el cambio os lo hace la tienda y es un cambio MUY a la baja. Después fuimos a comprar unas cosillas en J&R (tienen copado un edificio casi entero), tienda de discos, tienda de fotografía (muchas cosas más baratas que B&H), tienda de música, de informática, vamos un centro comercial de la tecnología.
El estómago nos pedía comida, pero por la zona no encontrábamos ningún restaurante que nos llamará la atención, y sin comerlo ni beberlo, aparecimos en Chinatown, y bastante que no me fío de cualquier restaurante asiático aquí como para meterme en uno allí, así que McDonals otra vez (lo único que cambiaba eran los dependientes, eran chinos).
Después de comer bajamos andando al Pier 17, vimos los water taxi, y justo enfrente estaba la exposición de “Bodys”. Antes que anocheciera cogimos el metro para ir a Brooklyn y cruzar el puente andando, y ahí empezó el “Diluvio Universal”.
No me ha dado nunca nada tanta rabia como me lo dio aquel momento, no pude aprovechar ni una foto de todas las que tire, empapado, con un viento que ni el paraguas tapaba el agua, y lluvia en todas las direcciones (si digo que me entraron hasta ganas de llorar). Pensé que estábamos a lunes, y malo sería que otro día no pudiera venir a cruzarlo con buen tiempo, pero no volví.
Cuando llegamos al otro lado, ya de noche, fuimos en metro a hacer una visita a TKTs de Times Square. He de decir, que nunca había estado antes en un musical, y me daba igual ver uno que otro. En el panel se anunciaban varios, pero sin duda los más conocidos para ese día eran Rent al 35% de descuento y el fantasma de la opera al 50%. Ese día no cogimos entradas, queríamos ver el funcionamiento, volveríamos al día siguiente a comprar, hoy estábamos muy cansados.
Pero ya que estábamos en Times Square, y la primera visita fue fugaz, decidimos entrar en alguna tienda a ojear, además llovía y no era plan de andar en la calle.
Después de descansar un poco, decidimos cenar cerca del hotel y entramos a un Sbarros, y he de decir que fue de los peores sitios, caro y comida de dudosa calidad, no repetimos ni un día más allí.
Las seis de la mañana y despierto, me estaba costando coger el ritmo de sueño new yorkino. Tenía ya ganas de ver un día NYC en funcionamiento, pero no iba a ser hoy, era el día del Presidente y era fiesta. El plan para hoy era ver la Estatua de la Libertad, Wall Street, Brooklyn Bridge, Pier 17, en definitiva, dar una vuelta por el Downtown.
Cogimos el metro y a Battery Park, en la misma estación a la que llegamos se cogía el ferry gratuito a Staten Island, esperamos cinco minutos y enseguida embarcamos. El barco era enorme, iba medio vacío, nos situamos fuera en el lado por el que se vería la estatua de la libertad. Me gustó la imagen de irte alejando de Manhattan y tener una visión más amplia de la isla, una mejor perspectiva con la estela del ferry en el agua.
En menos de cinco minutos pasábamos al lado de la Estatua de la Libertad, y aunque el día era algo gris, no me cansé de hacer fotos. El paseo en barco es muy recomendable, no marea (o por lo menos a mí), y es un buen momento para pensar y ver donde estás. Cuando llegamos a Staten Island, la verdad, dimos media vuelta, no llegamos a salir de la estación, supongo que en un próximo viaje daremos una vueltecilla.
Cuando llegamos de nuevo a Manhatan, dimos un paseo por Battery Park, allí se encuentra la bola del WTC tal y como quedó después de los atentados.
Subíamos andando por Broadway cuando casi nos pasamos Wall Street, cruzamos y bajamos la calle, allí estaba, la bolsa de Nueva York, George Washington, la reserva federal… Todo estaba muy parado, puesto que era fiesta y ese día no había bolsa.
Seguimos andando y fuimos al solar del WTC, había gente llorando, unos tipos que por medio de fotos ofrecían una explicación de aquello, velas, mensajes… Sobrecogedor.
Ya que estábamos en el downtown y como no teníamos pensado volver a bajar a la zona, entramos en el Century 21. Compre un par de cosillas, pero me decepciono un poco. Y por cierto, si vais y pagáis con tarjeta, elegir pago en dólares en la pantalla donde se firma, si escogéis euros el cambio os lo hace la tienda y es un cambio MUY a la baja. Después fuimos a comprar unas cosillas en J&R (tienen copado un edificio casi entero), tienda de discos, tienda de fotografía (muchas cosas más baratas que B&H), tienda de música, de informática, vamos un centro comercial de la tecnología.
El estómago nos pedía comida, pero por la zona no encontrábamos ningún restaurante que nos llamará la atención, y sin comerlo ni beberlo, aparecimos en Chinatown, y bastante que no me fío de cualquier restaurante asiático aquí como para meterme en uno allí, así que McDonals otra vez (lo único que cambiaba eran los dependientes, eran chinos).
Después de comer bajamos andando al Pier 17, vimos los water taxi, y justo enfrente estaba la exposición de “Bodys”. Antes que anocheciera cogimos el metro para ir a Brooklyn y cruzar el puente andando, y ahí empezó el “Diluvio Universal”.
No me ha dado nunca nada tanta rabia como me lo dio aquel momento, no pude aprovechar ni una foto de todas las que tire, empapado, con un viento que ni el paraguas tapaba el agua, y lluvia en todas las direcciones (si digo que me entraron hasta ganas de llorar). Pensé que estábamos a lunes, y malo sería que otro día no pudiera venir a cruzarlo con buen tiempo, pero no volví.
Cuando llegamos al otro lado, ya de noche, fuimos en metro a hacer una visita a TKTs de Times Square. He de decir, que nunca había estado antes en un musical, y me daba igual ver uno que otro. En el panel se anunciaban varios, pero sin duda los más conocidos para ese día eran Rent al 35% de descuento y el fantasma de la opera al 50%. Ese día no cogimos entradas, queríamos ver el funcionamiento, volveríamos al día siguiente a comprar, hoy estábamos muy cansados.
Pero ya que estábamos en Times Square, y la primera visita fue fugaz, decidimos entrar en alguna tienda a ojear, además llovía y no era plan de andar en la calle.
Después de descansar un poco, decidimos cenar cerca del hotel y entramos a un Sbarros, y he de decir que fue de los peores sitios, caro y comida de dudosa calidad, no repetimos ni un día más allí.
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