martes, 29 de abril de 2008

New York ( V )

Miércoles 20 de Febrero, día 5:

¡¡Que buen día se ha levantado hoy!! Como teníamos costumbre de desayunar detrás del Madison Square Garden, empezamos viendo US Postal, un edificio enormemente grande, no paran de entrar y salir furgonetas de reparto. Bajamos por 10th Ave en busca del Village, de camino vimos el Cheyenne Diner, el Empire Diner, hasta que llegamos al objetivo principal, el edificio de los exteriores de friends en el cruce de Grove con Bedford (el restaurante que hay debajo creo que es el que sale al final de la película “Sin reservas”).





Este barrio me encanto, se respira tranquilidad, las escaleras de incendios en los edificios, estaba todo muy limpio, me pareció un buen sitio para vivir. Dimos un gran paseo por el barrio, llegamos al Soho y vimos la gran cantidad de tiendas que había (nueva inmersión en la tienda Apple en busca del iphone de 16Gb), yo creo que más que en la 5th Ave. Posiblemente sean una de las zonas de NYC que más me gustaron, y que disfruté.

Visto el buen día que hacía, y que teníamos un plan para esta situación, fuimos a por él, una vuelta el helicóptero. Cogimos el metro y para allá, pero problema de guías antiguas, las letras de las líneas de metro habían cambiado y casi aparecemos en Coney Island, medía vuelta y a Manhattan de nuevo. Creo que era el Pier 6, allí según te vas acercando, te empiezan a ofrecer los vuelos. Hay muchos, de muchas duraciones y de distintos lugares. Nos decidimos por Liberty Helicopters pues era el que tenía el vuelo más barato y por consiguiente más corto, queríamos disfrutar la sensación, no arruinarnos. Después de esperar sobre una hora, te dan el chaleco, y al helicóptero. ¡Sensacional! Lo recomiendo, aunque sea el corto, dimos la vuelta por encima de Ellis, Lady Liberty, Brooklyn Bridge…. Sin duda una gran elección.



Estábamos muy cerquita del puente de Brooklyn, y hacia sol, la idea era tentadora, pero entre que nos perdimos en el metro primero, y habíamos quedado para comer, no nos daba tiempo a cruzar el puente de nuevo con buen tiempo. La comida hoy estaba prevista en el Johnny Rockets, antes de llegar, nos volvimos a perder en el metro. Aquí mi rodilla se reventó, que dolor, no podía ni bajar las escaleras del metro, y menos subirlas, andaba despacio, dolorido, lo estaba pasando francamente mal.



El Johnny Rockets simplemente genial, lo que íbamos buscando, sitio ambientado, buenas hamburguesas, y te rellenan el vaso de cocacola cada dos por tres. Me llamo la atención que te traen las patatas fritas y un platito con ketchup con una cara sonriente dibujada, para que tengas un buen día.



Dimos una vuelta por Washington Square que también estaba en obras y ni nos pudimos acercar al arco. Desde aquí, hicimos una de las rutas que se recomiendan en el FAQ de www.forodenuevayork.com. Vimos Union Square, Gramercy Park, volvimos a Broadway hasta el Madison Square Park donde se encuentra el Flatiron. Aquí tuve que entrar en un duane reade, son farmacias sírvase usted mismo, y allí compré una pomada calmante, y antinflamatoria, mi rodilla no podía más.



Subimos hasta el Empire y de ahí al hotel, mi rodilla pedía descansar, pero no duró mucho. Bajamos de nuevo a hacer una compras, unas zapatillas Columbia que había visto por poco más de 30 euros al cambio, y una visita a B&H a comprar una pieza para el trípode que aquí en España no había podido encontrar. Es increíble lo de esta tienda, no paró de buscar hasta que no consiguió lo que le estaba pidiendo, muy competentes si señor.

Después ya si, nos fuimos al hotel, pero antes paramos a comprar algo para cenar. En otro deli compramos comida al peso, yo cogí unos espaguetis carbonara, que estaban muy ricos, como veis los delis fueron nuestros restaurantes oficiales del viaje.

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viernes, 25 de abril de 2008

New York ( IV )

Martes 19 de Febrero, día 4:

¡¡¡Que rápido pasan los días!!! Pero bueno, lo estábamos disfrutando a tope, y eso era lo importante. Para el día de hoy nos tocaba el Midtown. Después de desayunar en un bar detrás del Madisson nos fuimos andando por la séptima avenida hasta Times Square, y como era una buena hora en España, aprovechamos para hacer unas llamadas y que nos vieran los amigos y familia desde la webcam famosa. Es una sensación rara, porque cuando fuimos no estaban las cabinas que se ven desde la cam, y no sabes si verdaderamente al otro lado habrá alguien viéndote.



Cogimos la calle 42 para llegar a Bryant Park, que como estaban quitando la pista de hielo, estaba todo patas arriba. La biblioteca pública aún estaba cerrada por lo que pospusimos la visita para más tarde. Continuamos hasta la Grand Central Station, que ya habíamos visto el primer día cuando llegamos, pero ahora la pudimos contemplar por fuera, con el edificio MetLife detrás. Al final de la calle 42 se encuentra la ONU, el edificio principal es bastante alto, y sus ventanas acristaladas reflejan el azul del cielo. No hicimos la visita por dentro, pero fotografiamos las esculturas que tienen a la entrada.



Volviendo sobre nuestros pasos, nos detuvimos en Christler Building, impresionante edificio de estilo art deco. Justo enfrente había otro cuya fachada me llamo también mucho la atención, era del mismo estilo. Volvimos a la biblioteca y aunque la fachada principal estaba en obras (estaba recubierta de andamios), el edificio en sí me sorprendió gratamente. Me gustaron los techos de madera, las paredes y suelos de mármol, y el ambiente que había, mucha gente leyendo, estudiando, consultando obras. Había también exposiciones, supongo que temporales, aquel día había una de literatura de carretera, tipo road-movie supongo.







Subimos por park avenue, hasta la calle 59, y bordeando Central Park, fuimos a Columbus Circle, fuimos al Lincon Center. Bajamos por la octava avenida hasta la 56 y vimos el Carnegie Hall que en tantas películas habíamos escuchado. Era algo tarde, y buscamos un sitio para comer, entramos en un deli, y después de ver un poco lo que había para comer, nos decidimos por unas ensaladas. Le indicamos el tipo de ensalada que queríamos y el tamaño, y a continuación ocho ingredientes, no sabia ni que pedir, remolacha, pollo, cebolla, tomate….. y al final la salsa, lo mezclaba todo en un recipiente y te lo servia en una fuente de plástico para llevar, aunque nos lo comimos en una zonita que había, rodeados de españoles por cierto.



Ya por la tarde, decidimos pasar por el MoMa, y aprovechamos para subir al Top of the Rock. Todos los rascacielos tienen un algo especial, pero este está muy limpio, nuevo, organizado, la terraza en tres niveles, la última sin cristal por medio (no os pase como a mí que me lié a hacer fotos con el puñetero cristal, y luego descubrí la planta de arriba). La vista tanto de Central Park como del Empire son increíbles, pero claro, subir al Empire aunque esté más viejo tiene un encanto especial. Empezó a anochecer allí subidos y pudimos ver como se iban encendiendo las luces de la ciudad, aun lo tengo grabado en la memoria.



Bajamos corriendo para ir a TKTs, ¡¡hoy era el día del teatro!! Compramos entradas para el Fantasma de la Opera, se paga en efectivo, no cogen tarjetas. Fuimos al hotel a dejar algunas compras, y al teatro.
Era el Majestic Theatre, cuando entramos cogimos (pagamos) la audioguía en castellano, para no perdernos, aunque se entienden muchas cosas, no conocíamos la historia y por 10$ no íbamos a perdernos el argumento, ¿no? El teatro estaba lleno, y eso que la obra ya lleva unos años en cartel, estábamos sentados en la parte de atrás de la orquesta, se veía muy bien. Y la obra, como diría aquel ¡¡IM-PRESIONANTE!! Que puesta en escena, que cambios de decorado, de vestuario….

De camino ya al hotel, nos paramos en un deli, y compramos algo para cenar, una especie de sándwich pero de pan como de tortita de burrito. Nos lo calentó en el microondas, uno de pollo y otro de jamon york, ¡¡estaban riquísimos!!, compramos además una botella de agua grande, y aquí es donde alucine, ¡¡6 dolares!! por una botella de agua, menos mal que con el cambio a euros baja.

Se nos iban los días, pero cada día que pasaba era mejor…

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miércoles, 23 de abril de 2008

New York ( III )

Lunes 18 de Febrero, día 3:

Las seis de la mañana y despierto, me estaba costando coger el ritmo de sueño new yorkino. Tenía ya ganas de ver un día NYC en funcionamiento, pero no iba a ser hoy, era el día del Presidente y era fiesta. El plan para hoy era ver la Estatua de la Libertad, Wall Street, Brooklyn Bridge, Pier 17, en definitiva, dar una vuelta por el Downtown.

Cogimos el metro y a Battery Park, en la misma estación a la que llegamos se cogía el ferry gratuito a Staten Island, esperamos cinco minutos y enseguida embarcamos. El barco era enorme, iba medio vacío, nos situamos fuera en el lado por el que se vería la estatua de la libertad. Me gustó la imagen de irte alejando de Manhattan y tener una visión más amplia de la isla, una mejor perspectiva con la estela del ferry en el agua.



En menos de cinco minutos pasábamos al lado de la Estatua de la Libertad, y aunque el día era algo gris, no me cansé de hacer fotos. El paseo en barco es muy recomendable, no marea (o por lo menos a mí), y es un buen momento para pensar y ver donde estás. Cuando llegamos a Staten Island, la verdad, dimos media vuelta, no llegamos a salir de la estación, supongo que en un próximo viaje daremos una vueltecilla.

Cuando llegamos de nuevo a Manhatan, dimos un paseo por Battery Park, allí se encuentra la bola del WTC tal y como quedó después de los atentados.

Subíamos andando por Broadway cuando casi nos pasamos Wall Street, cruzamos y bajamos la calle, allí estaba, la bolsa de Nueva York, George Washington, la reserva federal… Todo estaba muy parado, puesto que era fiesta y ese día no había bolsa.





Seguimos andando y fuimos al solar del WTC, había gente llorando, unos tipos que por medio de fotos ofrecían una explicación de aquello, velas, mensajes… Sobrecogedor.

Ya que estábamos en el downtown y como no teníamos pensado volver a bajar a la zona, entramos en el Century 21. Compre un par de cosillas, pero me decepciono un poco. Y por cierto, si vais y pagáis con tarjeta, elegir pago en dólares en la pantalla donde se firma, si escogéis euros el cambio os lo hace la tienda y es un cambio MUY a la baja. Después fuimos a comprar unas cosillas en J&R (tienen copado un edificio casi entero), tienda de discos, tienda de fotografía (muchas cosas más baratas que B&H), tienda de música, de informática, vamos un centro comercial de la tecnología.

El estómago nos pedía comida, pero por la zona no encontrábamos ningún restaurante que nos llamará la atención, y sin comerlo ni beberlo, aparecimos en Chinatown, y bastante que no me fío de cualquier restaurante asiático aquí como para meterme en uno allí, así que McDonals otra vez (lo único que cambiaba eran los dependientes, eran chinos).

Después de comer bajamos andando al Pier 17, vimos los water taxi, y justo enfrente estaba la exposición de “Bodys”. Antes que anocheciera cogimos el metro para ir a Brooklyn y cruzar el puente andando, y ahí empezó el “Diluvio Universal”.





No me ha dado nunca nada tanta rabia como me lo dio aquel momento, no pude aprovechar ni una foto de todas las que tire, empapado, con un viento que ni el paraguas tapaba el agua, y lluvia en todas las direcciones (si digo que me entraron hasta ganas de llorar). Pensé que estábamos a lunes, y malo sería que otro día no pudiera venir a cruzarlo con buen tiempo, pero no volví.

Cuando llegamos al otro lado, ya de noche, fuimos en metro a hacer una visita a TKTs de Times Square. He de decir, que nunca había estado antes en un musical, y me daba igual ver uno que otro. En el panel se anunciaban varios, pero sin duda los más conocidos para ese día eran Rent al 35% de descuento y el fantasma de la opera al 50%. Ese día no cogimos entradas, queríamos ver el funcionamiento, volveríamos al día siguiente a comprar, hoy estábamos muy cansados.

Pero ya que estábamos en Times Square, y la primera visita fue fugaz, decidimos entrar en alguna tienda a ojear, además llovía y no era plan de andar en la calle.

Después de descansar un poco, decidimos cenar cerca del hotel y entramos a un Sbarros, y he de decir que fue de los peores sitios, caro y comida de dudosa calidad, no repetimos ni un día más allí.

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miércoles, 9 de abril de 2008

New York ( II )

Domingo 17 de Febrero, día 2:

Ojos abiertos, miro el reloj de la mesilla O_O ¡Pero si son las dos de la madrugada!, media vuelta y a dormir. Lo malo es que a las cuatro ya fue imposible volverme a dormir ni con media vuelta. No quedaba otra que levantarse y prepararse para ver Nueva York, según el planning hoy iríamos a una misa gospel a las nueve, daríamos una vuelta por harlem y bajaríamos a Central Park a pasar el resto del día, que siendo domingo estaría concurrido.

Bajamos al metro, compramos la metrocard para una semana y rumbo a Harlem. Fuimos directos a la iglesia Triumph Baptist Church, pero estaba cerrada, parece que ese día la única misa que daban era la de once, así que dimos una vuelta por el barrio buscando otra iglesia que diera misa de nueve y no fuera la Abbysinian. Misión imposible, vamos, que nos tuvimos que esperar a las once. Adelantamos el paseo por Harlem, vimos Sylvia’s, el teatro Apollo, y entramos en la tienda de zapatillas House of Hoops, fotografiamos los cierres de las tiendas de Harlem pintados por Franco The Great, que andaba por allí vendiendo sus dibujos.

De repente, el barrio se llenó de gente muy arreglada, tanto padres como niños, y me sorprendió que las mujeres llevaran en la cabeza pañuelos blancos de encaje, no sé su significado, pero me sorprendió.

Como a las once había muchas misas, nos tocó decidirnos por una, y aunque fue al azar, cuando entré recordé haber visto fotos de la iglesia en este mismo foro, era Refuge Temple of Christ. La misa me gusto, y mucho, no era nada de lo que yo esperaba. Tenía la intención de ver un coro gospel grande, uniformados, cantando canciones conocidas, quizás esperaba ver a los “Harlem Gospel Singers”, pero no fue eso lo que encontré. Al principio, algunas mujeres de las primeras filas, se pusieron de pie mirando a la gente, y empezaron a calentar motores, animando a la gente a dar palmas, y metiéndonos en situación, poco a poco se fue llenando el altar de “reverendos” o “feligreses”, y apareció el coro, unas veinte personas, chicos y su gran mayoría chicas, camisa blanca y parte de abajo oscura. Las canciones muy animadas, la parroquia llevaba sus Biblias e incluso algunos sus propios instrumentos musicales que no dudaron en tocar cuando era el momento preciso. La gente entraba en éxtasis en algunas ocasiones, bailando, subiendo escaleras, gritando “Gracias a Dios”, agitando los brazos. Una explosión de energía, que no deja indiferente. Después de una hora y algo, apareció el reverendo y, o nos equivocamos y nos fuimos ya que parecía que ya echaban a los turistas, o verdaderamente dejaban los momentos más íntimos de la ceremonia para ellos.

Eran las doce y veinte y decidimos bajar a Central Park, nos bajamos en la parada de delante del Museo de Ciencias Naturales. He de decir que la primera toma de contacto no me convenció, quizás por la época del año, todas las zonas verdes estaban valladas hasta mediados de abril creo que ponía, y las zonas de árboles estaban como embarradas, estaba feo. Los lagos estaban helados, los patos andaban por encima en vez de nadar, pero los puentecillos recónditos en el parque me gustaron, el carrousell, el Castillo Belvedere, el monumento de Alicia en el país de las maravillas, Strawberry Fields, salimos también a ver el edificio Dakota y nos comimos un perrito por el parque.





A la salida por la quinta avenida nos dimos cuenta que se nos había ido el día, serian las cuatro y media o así, decidimos ir a comer y a esas horas, pues comida rápida para no variar. Entramos en un Subway y pedazo de bocadillo que me comí, eliges el bocata y luego los ingredientes de acompañamiento, luego tienes bolsas de patatas para coger la que quieras, y la bebida, que solo te dan el vaso, y ya uno en la máquina se sirve lo que quiere, y tantas veces quiera.



Después entramos en la AppleStore para mandar algún correo e ir viendo las existencias de los iphones (queríamos el de 16Gb y estaba agotado, nos costó hasta el viernes conseguirlo), a la juguetería FAO, a la tienda Levi’s, y bajamos andando por la quinta avenida hasta el hotel, haciendo una parada para entrar a ver la Grand Central Station.



Estábamos machacados, y nos acostamos pronto……

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viernes, 4 de abril de 2008

New York ( I )

Sábado 16 de Febrero, día 1:

Después de una noche en la que casi no pude dormir, me desperté temprano diciendo ¡Hoy es el gran día!, ¡Nos vamos a New York City!. Maleta preparada, todo listo, revisión de última hora, cámara de fotos a punto, estábamos listos.

El avión salía a las 12:55 de Barajas, volábamos con Delta Airlines, sobre las 11:15 llegamos a Barajas para facturar. No pudimos hacer el check-in por Internet, porque solo lo tienen disponible para vuelos dentro de Estados Unidos, pero si teníamos nuestros asientos reservados con anterioridad, 34G y 34F, ventanilla y pasillo del lado derecho. En Barajas unas cuantas preguntas antes de facturar ¿Quién ha hecho la maleta?¿Ha estado todo el tiempo contigo? Etc. Nos dice que le pongamos el nombre, nos llena todo de pegatinas, incluido el pasaporte y ale, a facturar.

Cuando nos quisimos dar cuenta, estábamos embarcando sin problemas, pasaporte y tarjeta de embarque en mano, cogimos asiento y comenzaron los nervios, no había vuelta atrás, en unas horas, el sueño de mi vida se haría realidad.

Supongo que por ser el primer viaje y los nervios no me parecían imprescindibles, el trato de la tripulación (que fue perfecto), la pantalla de televisión en cada asiento (que no había), el menú (como el de todos los aviones que he probado, normalito), mi objetivo era otro, llegar a Nueva York.

En seguida, sales de España, y tan solo te queda el océano y las nubes, además te recomiendan que por solidaridad con los demás pasajeros, bajes la persiana para poder ver la tele correctamente. El viaje de ida se hizo corto (siete horas y algo creo), creo que en el monitor lo que indicaba que se veía por la ventanilla, cuando ya se empezó a ver tierra, era Halyfax o algo así, y al poquito JFK, tomamos tierra, y he de reconocer que no pude distinguir a lo lejos ningún edificio. La Terminal, fea, muy fea, llegamos al control de inmigración, y comenzó el lío, mi novia entró sin problemas, mire aquí, ponga el dedo índice aquí, ahora el otro, gracias, bienvenida a Nueva York, pero a mi, a mi no parecía que quisieran dejarme entrar, aunque el proceso fue el mismo. Era de lo que más miedo tenía cuando preparé el viaje, las preguntas las mismas, pero además ¿Ha estado alguna vez en Nueva York? A lo que respondí que no, pero claro, mi nombre y primer apellido (incluso segundo) son demasiado comunes a nivel mundial, y me dijo que había más de uno que se llamaba como yo. El policía cogió una carpeta amarilla, metió mis papeles, pasaporte, y me indico una puerta a la que debería ir, y en cinco minutos estaría todo resuelto.

Una vez en el cuarto, al que mi novia no pudo acceder, ya que un policía se lo indicó con el dedo, me tocaba esperar. Enseguida capté el mecanismo, tres colores de carpeta, rojo, amarillo y verde, dependiendo de la gravedad del caso, en ese momento pensé, ya tenemos lío, la mía es amarilla. Apareció una amiga en el cuarto (de diez que íbamos a dos nos tocó la china), pero su carpeta era verde, parecía cosa menor, y en efecto, le pregunte que porque, y me dijo que le había dicho que no parecía española, sino alemana o inglesa.

Después de un rato, el policía cogió mi carpeta, empezó a teclear muchísimo en el ordenador, me llamó y yo muy obediente allí que fui. Me preguntó que cuantos días iba a estar, que si de vacaciones o negocios, y que día me iba, a continuación, sello el pasaporte, la tarjetita verde, y por fin, pude respirar. Estuve unos diez minutos en estado de sock después, eso de verte en el avión de vuelta, con tu sueño roto, no es un plato de buen gusto, pero bueno ya estábamos dentro.

Salimos, y lo teníamos claro tres taxis y para el hotel. Los taxis son enormes, esos ford, esos monovolumenes, ¡mira que grandes!. Desde el taxi pocas vistas, cementerios, lincons, edificios, casitas, eso sí, muchos nervios, empezamos a ver Nueva York a lo lejos y de cerca, porque en seguida comprendí las camisetas de “Yo sobreviví a un taxi de NY”. Cuando nos quisimos dar cuenta estábamos en la puerta del hotel Pennsylvania. El precio cerrado, 45$, más propinas, más peajes, 60 dólares que le pagamos y listo.

Hicimos el check-in en el hotel, y me bloquearon en la tarjeta el importe total de la reserva del hotel y 500$ más por posibles roturas, yo aluciné, pero como lo llevaba previsto, ahí se quedó. Serían las siete de la tarde pero ya era noche cerrada (a las cinco y media solía anochecer) y decidimos salir a dar la vuelta prevista, subir al Empire State, ir a Rockefeller Plaza a ver la pista de patinaje, e ir a Times Square, cenar algo y al hotel.

El sentimiento al entrar al vestíbulo del Empire State Building es indescriptible, después de creo, tres ascensores, llegamos a la terraza. Era de noche, hacía muchísimo frío, un escalofrío recorrió mi cuerpo y no fue por la temperatura, era por la emoción, tantos años deseando estar allí, que vistas, que grande, que de luces, que frío, todo es extremo en Nueva York. Hice muchísimas fotos, era como querer inmortalizar lo que estaba sintiendo, pero lo que se ve no es que se siente. Y viendo ahora las fotos, aunque es un recuerdo, no tiene nada que ver.



Con la boca abierta de la impresión causada por el Empire, nos fuimos subiendo por la quinta avenida a San Patricio. Justo enfrente, oíamos música, que raro, vamos a ver, y allí estaba, como entrando en una película, la pista de hielo del Rockefeller Center, estaba llena de gente patinando.



Caminamos por la calle 51 viendo el Radio City Music Hall, hacia Times Square. Entramos en Times por el norte, pedazo de tienda de M&Ms, la webcam del Fridays en earthcam, Foot Locker, Virgin Megastore, Toys’r’us, MTV, todo enorme, superiluminado ¿Cuántos vatios juntos puede haber aquí?





Estábamos muy cansados, serían las diez de la noche y nos metimos en un McDonal’s a cenar algo rápido, nos fuimos al hotel reventados y a las once y cuarto, dormiditos que estábamos todos. ¿El jet lag?, otro día os lo cuento…..

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